Todos los trabajos están basados en las enseñanzas de Caty Marí, cuya base es el Punto Can-Pal. Es el punto de conexión entre espiritualidad y materia, y es la reconexión con nuestra primera célula donde se encuentra la memoria cuántica (archivo de memoria del mundo material, vida, evolución e inteligencia) que, al conectar con nuestra memoria espiritual (memorias vividas en vidas precedentes), hacen una fusión entre las dos para hacernos sentir una guía interna que nos da una seguridad fuerte y profunda.
Como dice Caty, la conexión con el Punto Can-Pal sería un derecho humano al que todos tendríamos que poder acceder, ya que nos hace sentir presentes y bien anclados aquí en esta tierra. Aunque todos hayamos tenido vidas precedentes en otros planetas o galaxias, en estos momentos físicamente somos todos hijos de la tierra, y es aquí donde tenemos que adaptarnos y lograr entre todos mejorar la convivencia entre los seres humanos y el entorno. La tierra no quiere que se la defienda, quiere que se la conozca. Si reconocemos su existencia como algo que amamos y que nos sostiene, nunca le haremos daño.